Una vez más, Latinoamérica es pensada como la nueva (¿o la eterna?) Esperanza mundial. Los jóvenes inconformes de España, desde las tribunas mediáticas, invitan visitar nuestro continente como tarea urgente. Qué tiene, políticamente, este hermoso continente descubierto hace más de 500 años.
Los movimientos sociales que irrumpieron la escena política continental a finales de los noventa, se concretan en realidades políticas (que si bien no son totales) permiten trasformar las arengas en experiencias cotidianas. Cada uno, desde su particular historia política, vive un momento diferente.
La Argentina utilizó herramientas jurídicas para evitar que los flujos financieros, la riqueza producida, abandonaran su tierra. Una demanda interpuesta por un ciudadano, obligó a la corte a declarar la ilegalidad de la deuda externa. Y aunque algunos no compartan el fallo, su argumento es claro: no tenemos que pagar una deuda adquirida por un gobierno ilegitimo (gran parte de la plata fue pedida durante la dictadura militar) que limito las libertades individuales, desapareció a muchos ciudadanos, en síntesis, un gobierno antidemocrático. Los organismos internacionales aceptaron la justificación, pues conocían directamente el carácter, y el proceder de las juntas, con las que suscribían tratados. El dinero que anteriormente viajaba al norte, ahora se invierte en temas sociales, especialmente en educación. Una gran cantidad de jóvenes colombianos se encuentra inscrito en instituciones de educación superior argentinas -tanto públicas (gratuidad absoluta) o privadas (bajo costo)- como respuesta a la privatización que sufrió el sector en los últimos años: Es preferible migrar antes de ingresar a un programa de baja calidad con un costo elevado que les obliga a buscar un crédito educativo; prefieren irse antes que endeudarse.
De la misma manera, se sancionó la ley de telecomunicaciones. Con base en la declaratoria mundial realizada por la UNESCO sobre diversidad cultural (entre muchas otras bases legales internacionales) la ley busca ampliar el número de personas que difunden información y mejorar el acceso a ella; no coartar la libertad de prensa, como dicen muchos. Así mismo, con una acción popular los ciudadanos obligaron a que varios entes gubernamentales se responsabilizaran por el medio ambiente y descontaminaran el Riachuelo, uno de las fuentes de agua más sucias del mundo.
Venezuela se canso de ser el productor más grande petróleo en el mundo y que su gente muriera de hambre. Su presidente es reconocido, y valorado, en diferentes zonas del globo, por ser el primero en denunciar la barbarie tras décadas de haber sufrido la tortura: Aquí estuvo el patas, aquí huele a cianuro, aunque para algunos parezca poco, la palabra tiene un poder importante en escenarios políticos internacionales. Hugo Chávez ya es un personaje político de la historia, pero la mayoría de las reformas no salen de su diabólica cabeza. Hay un grupo de asesores, intelectuales y políticos que diseñan y debaten las reformas; aunque con muchas criticas, ha cambiado las condiciones económicas y sociales del pueblo venezolano, no es casualidad que halla casi 3 millones de refugiados colombianos en el vecino país. La restitución de su gobierno cuando intentaron darle un golpe de Estado es una muestra verificable de respaldo político al proyecto.
Y aunque me gustaría decir que todos son iguales y que siguen la misma receta, como quiere hacerlo creer Claudia Gurisati y el equipo periodístico de RCN, Ecuador (ese pequeño país en la mitad del mundo) decreto la soberanía de su territorio, cerró la base militar de Manta y nacionalizó el petróleo para asegurar la gratuidad en la educación superior de su población y el refugio de casi 2 millones de colombianos en su territorio. Su presidente, un economista formado en la misma época donde las recetas neoliberales invadían las cátedras universitarias, ha aplicado diversas reformas, pero nunca se ha alejado del dólar como medio de intercambio. Su equipo económico -como buen estudiante aprendió, pero sobre todo aprendió a lo más importante, no tragar entero- sabe que no puede alejarse del patrón dólar mientras se estabiliza su economía.
Bolivia, al igual que estos países, vivió una época difícil de gobernabilidad, para no decir sucesivos y desordenados golpes de Estado a comienzos de siglo; en un momento de la historia levantó su mano y se opuso a seguir impulsando medidas desfavorables a su población. Con una nueva constitución dio un pequeño, pero importante paso (o por lo menos para los colombianos eso significa) y declaro su país una nación multicultural y plurinacional. Aquellos pueblos que por siglos cuidaron la naturaleza, por fin fueron dueños del suelo y sus riquezas; ahora disfrutan de sus beneficios tras la nacionalización del manto que sustenta la madre tierra. Bolivia intenta ser algo más que la burguesía Santacruceña contra los indígenas de la sierra.
Perú tuvo hace unos días, unas elecciones presidenciales complejas: Su población (totalmente obligada a votar, salvo castigo económico) debía escoger, el futuro de su país entre dos proyectos opuestos:
Por un lado, Keiko Fujimori hija Alberto Fujimori, presidente bastante particular en el escenario latinoamericano (o por lo menos para los que crecimos con la televisión peruana en nuestras casas, era difícil entender como un Chino Japonés gobernaba el antiguo imperio Inca). En ese momento, Fujimori era el bueno que acaba con los malos, luego se conocieron los escándalos de corrupción y al apoyo mediático a su gobierno, los carritos sanducheros, los cursos de computación, el enamorado y todo el programa de Laura en América era pagado por Montesinos para desviar la atención de los ciudadanos. Ahora la opinión internacional conoce el informe Peruano nunca olvides, un ejercicio de recuperación de la memoria histórica que da cuenta de la matanza de campesinos, lideres indígenas y violación de derechos humanos llevaba a cabo en las zonas rurales del Perú con la excusa de acabar con el terrorismo. No es ninguna casualidad que en Argentina una de las colonias más numerosas sea la colectividad peruana, la gran mayoría arribo hace 20 años, cuando comenzó a gobernar este particular chino. Por el otro lado, estaba Humala. Por su pasado militar, sus opositores lo señalaban como un posible generador de conflictos en la región, aunque esas teorías predicativas no dinamizan el análisis, estuvo claro que Perú prefirió un proyecto que antes que nada debe intentar unir, una sociedad dividida.
Luego de mostrarle al mundo los niños que habitan en las favelas, y su particular interpretación del ataque soviético, Brasil voto una vez más por el proyecto político económico que lo tiene integrando el nuevo bloque mundial, junto a tres naciones más: India, China y Rusia. Aunque los bloques económicos no son panaceas mundiales, Europa es un ejemplo claro, este nuevo grupo debe estar haciendo algo importante para que el señor Obama -despreciable Nóbel de la paz- y su colega del Reino Unido den unas declaraciones nerviosas: el mundo que tenemos -la verdad no entiendo el orgullo-ha sido gracias a las potencias que ellos representan (de las corporaciones que les pagan, mejor) y no va hacer fácil, para ellos, dejar o perder ese dominio. Eso sin dejar de mencionar que gracias a ellos (EEUU e Inglaterra) estas nuevas naciones que forman el BRIC pueden existir.
Para dejar claro que las recetas no se copian, en Uruguay gobierna un ex líder guerrillero. El mito de los Tupamaros comienza a caer cuando el ahora jefe de gobierno, reprime una ocupación de tierras Estatales (previstas para repartir entre campesinos que lucharon por la independencia) y declara que él no quiere hacer una revolución, sino una serie de reformas políticas que ayuden a la población. Sin embrago, su partido alza las banderas de Artigas en los discursos públicos y no hace la reforma agraria diseñada e impulsada por el prócer Oriental. La Suiza Latinoamérica todavía se debate, en las urnas, si debe llevar a juicio a sus represores.
Centroamérica, exceptuando a México, fue la región más golpeada en décadas anteriores. La bota militar ingresaba a placer en forma directa como en Panamá o indirecta con los Contras en Nicaragua. Actualmente varios y diferentes procesos se llevan a cabo en sus países:
Honduras es la muestra más reciente del pasado, los de siempre impidieron al pueblo votar un referendo que buscaba ampliar las reformas. No permitieron que la vía democrática, tantas veces defendida por ellos mismos, fuera una opción. Hicieron un golpe de Estado que acallo, por un momento, la voz mayoritaria. El Salvador es gobernado por el líder del Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional, partido político de izquierda creado tras los acuerdos de paz que dieron fin a años de guerra civil. Así mismo, Nicaragua tiene como presidente a un ex líder guerrillero perteneciente al Frente Sandinista de Liberación Nacional. De sus procesos políticos se conoce poco, salvo que están influenciados por el peligroso Chavismo que impera en Región, razón de más para justificar el golpe contra Zelaya. México, importante gestor de la unidad latinoamericana en el siglo pasado, vive la desgracia de una guerra ajena, la lucha contra el narcotráfico.
Gracias a varios artistas, ahora se conoce a nivel continental, que hay descontento en Puerto Rico. Durante años la dominación política también fue cultural y las expresiones de libertad morían antes de abandonar la isla. Actualmente los músicos se han encargado de trasmitir su descontento por el mundo y poner en la agenda internacional la consigna: Puerto Rico Libre.
En Colombia la integración regional esta mal vendida: los líderes de opinión piensan que una integración con los vecinos nos quita autonomía, cómo si la tuviéramos o como si los anteriores ejemplos no dieran cuenta de lo contrario. En muchas cátedras se habla de la integración europea, aquella unión entre naciones enemigas (Francia y Alemania) como si fuera una posibilidad solo para naciones racionales. Además, se ignoran las cifras de compatriotas residentes en países latinoamericanos donde han podido realizar sus derechos más básicos. Ciudadanos que durante años vieron como la única manera de festejar los días nacionales, era un desfile militar, eso dice mucho de nuestro país, ¿no? Jóvenes profesionales que encuentran trabajo en los lugares más distantes del mundo; un país sin jóvenes, no tiene futuro, es una sociedad condenada al fracaso.
Cuando varios países terminan sus años bicentenarios, es importante hacer un análisis de la vida independiente, sin dejar de lado la historia compartida, esa narración que describe la más gloriosa mezcla de razas, esa será siempre nuestra especificidad, esa siempre será nuestra particularidad. La diversidad es la identidad Latinoamericana, aquí llegaron todos en diferentes épocas, -especialmente en el cono sur- pudieron comer, trabajar, vivir, hacer una familia, pero sobre todo, soñar y tener esperanza. En estos doscientos años cada uno construyó su destino, o por lo menos lucho por hacerlo. Ahora el objetivo es buscar una cierta afinidad con personas del mismo continente. Para las generaciones futuras será más fácil, la poca afiliación que generan nuestros Estados Nacionales, construidos sobre fronteras artificiales que nada tienen que ver con la realidad socio cultural de nuestros países, permite una mejor integración.
Estamos en un momento histórico (y si que hemos tenido muchos) donde una vez más, aquella característica compartida e innata, la esperanza de nuestros pueblos, nos identifica y señala como el continente de destino en el camino de la humanidad. Lo importante, ahora, es fortalecer la integración cotidiana, el encuentro entre ciudadanos –no tanto entre gobernantes- hablando, viviendo, viajando, conociendo, escribiendo, criticando; entre los pueblos se construye la verdadera patria grande, lo que muchos algunos han llamado el insomnio de Bolívar. Una reunión y dialogo entre latinoamericanos que no permita nunca el olvido, por parte de nuestros gobernantes de la historia compartida: Descubrimiento, Colonia, Independencia, Operación Cóndor, reformas neolibelares, etc. esa historia elemental para construir identidad continental.
Es imposible devolver el tiempo para corregir los errores del pasado; pero si es posible aprender de la experiencia para mirar lo que se hizo mal e intentar no hacer lo mismo. Por eso, los movimientos sociales (Caracaso, Que se vallan todos, Cacerolazo, Sin Tierra, Cocaleros, etc.) que permitieron la llegada de gobiernos diferentes, o que la clase política dejara de aplicar las mismas recetas, deben ser ahora los observadores del proceso.
Y si bien, como se describió anteriormente, no hay un rasgo único en todos estos gobiernos, existen marcas comunes. Primero, el vecino del norte es un mercado económico, ya no, un aliado político. Segundo, es través de las mismas instituciones que permitieron a su particular forma de gobernar llegar al poder, que se hacen las reformas, como vimos en muchos casos. Tercero, esas instituciones democráticas deben se respetadas al máximos, a riesgo de ser tratados como sus enemigos, de totalitarios; para ello, muchos países deben abandonar el personalismo político y permitir la llegada de nuevos nombres que continúen el proyecto. Sin embargo, uno de los logros más importantes es haber realizado transformaciones en medio de un marco institucional mundial contrario y reacio hacerlo. Haber recuperado al Estado como garante para la consecución de derechos, así como el más importante empleador.
Los más optimistas señalan que el dominio americano esta en retroceso. Yo por mi parte, he visto como los obreros norteamericanos han perdido muchos de sus derechos en las últimas décadas. Lo que queda claro es que la pelea por Medio Oriente ha permitido a estos pueblos (considerados el patio trasero) encontrarse, recordar y dialogar; la palabra está libre y transita el continente, Atrás quedaron los años de imposición planificada conocida, en gran parte, gracias a personas que trabajan por defender los derechos de los habitantes del imperio.